Ha sido todo un honor hacer este pastel. Me ha llevado mil quebraderos de cabeza, nervios, inseguridades... Pero con ilusión todo se puede y aquí está el resultado.
Mari quería regalar a su hermana el pastel de su boda. Tenía las ideas muy claras, sabores, forma, tamaño... Quería que fuese todo de limón, 3 pisos, blanco y con flores. Lo difícil es que tenia que entregarse un poco lejos de aquí, transportarlo por una carretera de curvas... Así que decidimos llevarla desmontada y terminar de decorarla en el lugar de la boda.
Las flores están hechas con pasta de azúcar y pintadas a mano con polvos, todo artesano y comestible. Ah!!! Y con olor a rosas!!!
Como sorpresa me pidió unas galletas para entregar a las invitadas de boda
Vuelvo a repetir que ha sido estupendo poder hacer este pastel, sobre todo con esta familia tan cercana, simpática y cariñosa. Deseo que la vida os siga dando alegrías.
Un besazo
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